miércoles, 14 de noviembre de 2012

Pueblo chico.


Esta es la historia de un pibe que quería ser famoso. Vivía en un pueblito muy pequeño y creía que ahí nunca tendría las posibilidades de cumplir su sueño. Por eso un día se armó de valor y sacó un pasaje a la gran ciudad. 

La noche anterior a su partida un grupo de amigos le organizó una fiesta. Todo el pueblo asistió y entre tanta gente conocida le llamó la atención una muchacha que jamás había visto, algo raro en un pueblo tan pequeño. La sacó a bailar y entre zambas, chacareras y pericones sus miradas se encontraron, sus manos se entrelazaron con fuerza, rieron, bailaron, como si no hubiera nada ni nadie a su alrededor. 

Al final de la noche, exhaustos ya de tanto bailar, se sentaron a tomar vino y charlar. No hablaron de nada importante y por momentos se quedaron callados, pero sin dejar de mirarse. El muchacho cayó en la cuenta de que dentro de pocas horas abandonaría para siempre su pueblo y jamás se volverían a ver, pero no se animó a decirlo. Cuando se acercaba el amanecer, de manera repentina, ella lo despidió y se fue. 

Así, sin más...

Horas más tarde, y con el tiempo justo porque se había quedado dormido, se subió al micro que lo llevaría a cumplir su sueño. Pero toda la felicidad que lo invadía un día atrás, ahora estaba empañada por el vacío que sentía por haber dejado ir a esa muchacha. Lo que él no sabía, era que cinco asientos más atrás estaba sentada ella, lista para volver hacia la gran ciudad.

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