jueves, 27 de octubre de 2011

Si vos estás con ganas no vaciles más.

El amor nació en la estación Callao. Él la miraba todos los días muy tímidamente. Ella, nunca levantó la vista del libro que llevaba siempre, así que el encuentro de miradas se hizo esperar.

Un jueves de diciembre, resignado a la incapacidad de actuar, se percató de que ella iba por la última página del libro. Si tenía suerte, cuando terminara de leer, levantaría la vista y se encontraría con la de él, su más silencioso admirador. La próxima era su estación. Pero parecía que ella disfrutaba del final de su libro letra por letra, el encuentro se hacia esperar y el subte no detenía su camino. Podía ser esta su gran oportunidad, por lo que tomó la decisión de que no se bajaría, iba a seguir hasta que ella le devuelva la mirada, sepa de él, de su existencia.

Cuando las puertas se cerraron y el subte comenzó a dejar la estación atrás, su pierna comenzó a moverse impacientemente, aún así mantuvo la mirada fija en ella, no podía perder ni un segundo. La mas mínima desconcentración podía significar perderla para siempre... se preocupó un poco tras pensar eso, temía parecer desesperado.

Finalmente terminó el libro que durante tantos días la mantuvo cautivada. Una bellísima historia de amor. Acarició la tapa y como en una dulce despedida, le dedicó una última mirada y lo guardó en su cartera. Levantó la vista en busca de alguna información que le indicara en que estación se encontraba y en el proceso descubrió que un muchacho la estaba observando. La miraba fijamente, su pierna izquierda temblaba, y cuando notó que ella le devolvía el gesto pestañeó rápidamente, se enderezó en su asiento y le sonrió.


De todos los chicos con los que se había cruzado últimamente no recordaba ninguno con una sonrisa que le llamara tanto la atención. Casi como en un acto reflejo ella también sonrió y eso fue suficiente para él, de repente se levantó y fue directo a sentarse junto a ella, a su izquierda. Ese era el único asiento vació en todo el vagón. Y ahora lo ocupaba él. Y lo seguiría haciendo, hasta el final del recorrido.  

lunes, 3 de octubre de 2011

Sin mesura.

"Y veo en tus labios las ganas de un adiós
Pero sabes como pienso
Tú bien sabes lo que siento hoy
Y ya sabes que no aprendo
Y ahí voy de nuevo..."