sábado, 10 de noviembre de 2012

Carta de un hombre a una desconocida.

Buenos Aires, 10 de noviembre de 2012

A quien corresponda:

Te escribo porque no puedo dejar de pensar en vos. Hace exactamente 4 años y 3 meses que te busco por todos lados y no puedo ubicarte nunca. ¿Cuánto más podremos estar separados? Yo me duermo pensando en vos y me despierto lamentando no haberte soñado.
Yo se que estés donde estés, estás pensando en mi.

Hace unos meses creí encontrarte. Te reías alegremente de un chiste que te contó un compañero de la facultad, tirabas la cabeza para atrás y cerrabas los ojos mientras te agarrabas la panza de la risa. Esperé a que se te pase para buscar tu mirada, que se encuentren las nuestras, como la primera vez. Pero cuando pasó, me miró, siguió de largo y besó a su compañero.

No eras vos.

Me volvió a pasar muy poco después. Esta vez vos te acercaste a mi, me dijiste cosas muy lindas al oído  me invitaste a tomar algo, ¡me besaste! Pero estaba jugando conmigo, porque al otro día no me habló más.

No eras vos, era una chica que trataba sin éxito de olvidarse de un chico.

Y hace unos días nos cruzamos en el colectivo. Vos me preguntaste si el 59 te llevaba a Recoleta. Yo te dije que si y nos subimos juntos. Charlamos y vos te reías  Me contaste a donde ibas, me preguntaste que hacia y cuando te pedí tu número me dijo que hacia poco había terminado una relación y no quería conocer a nadie. Me dijo adiós y se bajó.

No eras vos.

Hace poco una amiga me dijo que debía olvidarte y vivir la vida, ser feliz con lo que tengo. Es difícil  pero me puse en campaña y lo logré. Y por eso me decidí a escribirte. Acabo de conocer a alguien, que no se te parece en nada. Y sinceramente me siento mejor que nunca. Ella me hace sentir que vamos conquistarlo todo.

Así que esta es la despedida.
Por siempre tuyo.

Él.

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