martes, 26 de agosto de 2014

El héroe que necesitamos.

Dormía en el subte. Soñaba con ser un súper héroe que defendía a la tierra de una temible invasión alienígena. Hasta que en un momento, me despertó un nene de unos 6 años, me chocó los cinco, me dió un papel y una estampita. Un papel escrito con una letra que no era suya ni de nadie con las buenas intenciones que ahí se expresaban.

Mientras lo veía alejarse, con la cara sucia, triste, y con una riñonera llena del trabajo de todo un día, me dí cuenta de que el verdadero enemigo, el invasor, está entre nosotros. Y no hay ni un héroe que lo derrote.