sábado, 30 de julio de 2011

Camino al limbo.

Creo que este es un momento muy propicio para despedirme; espero no me extrañes pero tampoco que me olvides. A modo de confesión me declaro culpable de extrañarte, pero después me pasa que nunca me acuerdo quien sos. Es tan bello renovarte cada día, porque cada día que te olvido no es igual a cada día que te vuelvo a recordar.

Ya es tiempo de seguir adelante, no es que esté alegre, no es alegría esto, es crecer. Te admito que cada tanto algún pensamiento dejo escapar, pero lo estoy controlando, ya no soy el mismo de antes; aunque no cambié ni un poquito.

Tengo una muy buena conocida que está en el limbo y me invito a ir con ella, me habló maravillas de él. Me contó como era, dijo que no sabés para donde salir disparado porque por más que corras tres kilómetros siempre estás en el mismo lugar, ves las mismas cosas, sentís los mismos olores, escuchás las mismas voces, y te sentís igual. Así que me despido, hacia allá voy. Y si algún día soñás conmigo, podés venir a verme al limbo un ratito…Yo se que ahí, en el último nervio del dedo chiquito del pie izquierdo, ¡ahí! te caigo bien.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho :) te entiendo completamente, me pasa lo mismo (aunque sea demasiado dificil de admitir)

    ResponderEliminar